Inauguramos nuestra sección dedicada a periodistas de Alicante con David Martínez Jordá. Nacido en Alcoy hace 34 años, es Licenciado en Publicidad y Relaciones Públicas por la Universidad de Alicante (UA). Fue colaborador de ABC Alicante entre 2003 y 2008, donde pasó a ser delegado en 2008 hasta 2014, cuando dio el salto a ejercer de máximo responsable de la edición en la Comunidad Valenciana del periódico decano de la prensa española. Recientemente se ha incorporado como redactor jefe al más reciente proyecto editorial de la provincia, Alicante Plaza, donde es el responsable de las secciones de Economía y Empresa.
– ¿Qué te llevo a dedicarte al periodismo y más concretamente a la prensa escrita?
– Recuerdo haber querido ser periodista desde pequeño, con siete u ocho años le robaba a mi madre las fotos de las fiestas de Moros y Cristianos de Alcoy de sus álbumes para componer la portada de mi propio periódico. Cuando terminé los estudios secundarios dudaba entre el periodismo o la publilcidad, pero finalmente las prácticas de la carrera en ABC me terminaron de decidir. Lo que siempre tuve claro es que quería dedicarme a la prensa escrita, porque lo que más me gusta es escribir. No me veo en la televisión o la radio.
– ¿Cómo ha cambiado el periodismo desde tus inicios?
– Bueno, la verdad es que la teoría de la carrera (Publicidad y Periodismo compartían la mayoría de troncales en el primer ciclo antes del cambio de Bolonia) se ha quedado rápidamente desfasada. Por ejemplo, cuando yo estudiaba internet estaba en pañales, y ahora la asignatura de documentación se ha revelado inútil, más allá de algunos rudimentos más teóricos que técnicos. Yo comencé en esto cuando la prensa escrita enfilaba su descenso a los abismos. ABC vendía en aquel momento 250.000 ejemplares diarios, y hoy a duras penas llega a los 100.000. Pero creo que el periodismo escrito ha evolucionado poco. Lo que sí ha cambiado es que se ha “democratizado”, por así decir, la labor empresarial. Alicante Plaza es un gran ejemplo, como otros medios digitales. Creo que la influencia de las redes sociales y la guerra por la inmediatez han ido en detrimento de la calidad de los contenidos, pero hay medios que siguen haciendo las cosas muy bien.
– ¿Cuál es el mejor momento que has vivido como periodista?
– Ha habido varios buenos momentos. Por ejemplo, ver al expresidente de la Diputación de Alicante Joaquín Ripoll imputado por corrupción, después de años de publicar sus manejos en ABC, cuando nadie más se atrevía a hacerlo. O ser el periodista que desveló que Leire Pajín iba a ser la portavoz de la delegación valenciana en el congreso federal del PSOE de 2008, cuando los medios “de izquierdas” apostaban por Joan Lerma. La entrevista a Jean-Jacques Annaud en Ciudad de la Luz, un reportaje sobre yihadistas en el campo de Cartagena que se publicó solo unos días antes de que detuvieran al imán de Torrepacheco, con el que llegué a hablar… esta profesión te permite vivir experiencias inolvidables.
– ¿Y el peor?
– El peor momento, sin duda, ver cómo despedían a varios de mis compañeros en la delegación de ABC en Alicante y en la Comunidad Valenciana.
-¿Quiénes han sido tus profesionales de referencia?
– Esto es un oficio, y cuando sales de la facultad, en realidad, no tienes ni idea de cómo se hace. Un referente para mi ha sido siempre Isaac Blasco, mi predecesor en las delegaciones de ABC en Alicante y Comunidad Valenciana, que fue quien me formó como periodista. De estudiante leía mucho El País, pero no creo que mi estilo beba del de algunas de sus firmas estrella, la verdad. Como escritores, soy un fan absoluto de Vázquez Montalbán y, aunque suene manido, de Vargas Llosa.
– ¿Cuáles crees que son las características que ha de tener un buen periodista hoy día?
– La fundamental es la curiosidad. Este es un trabajo en el que cada día aprendes cosas nuevas, pero para eso tienes que hacerte preguntas. Primero tú, y luego trasladarlas a quien pueda contestarlas. Sin curiosidad no se puede ser un buen periodista. Además creo que, aunque escribas como los ángeles, si no tienes un poco de cara dura, tampoco llegarás muy lejos. En cuanto a la cuestión técnica, obviamente, hay que saber escribir con corrección, pero si puede ser sin florituras (no somos poetas), y tener una gran capacidad didáctica, porque no todos los lectores conocen bien el tema del que estás escribiendo. Dicho esto, los periodistas nacidos antes de la brecha digital lo están pasando mal en estos momentos. Un conocimiento básico sobre el entorno digital es imprescindible hoy en día.
– ¿Está el periodismo en crisis o sólo lo está la empresa informativa tradicional? ¿Cuáles son las oportunidades que tienen los nuevos medios en el contexto actual?
– Creo que la crisis es solo de las empresas periodísticas clásicas. Vuelvo al ejemplo de Alicante Plaza, o al de tantos otros medios de reciente creación, que han apostado por el entorno digital sin renunciar al contenido de calidad. El periodismo como profesión, no obstante, está sometido a un mayor escrutinio del público gracias a las redes sociales. Hay un ‘feedback’ mucho más inmediato, y hay que saber manejarlo porque los juicios de la audiencia no siempre son agradables de oir, claro. Siempre va a hacer falta periodistas. Y los intentos de algunos “intrusos” lo han dejado claro en los últimos tiempos. El “periodismo ciudadano” es una gran falacia. Yo tampoco puedo arreglarte el coche porque no soy mecánico, por ejemplo. Los ciudadanos pueden ser fuentes, no periodistas. Colgar un video en twitter no es hacer periodismo. En cuanto a las oportunidades, creo que aquellas empresas que sepan explotar la potencialidad del periodismo digital tendrán éxito. Pero al final, insisto, se trata de contar noticias, y contarlas bien.
– Descríbenos tu nueva aventura profesional y los motivos que te han llevado a apostar por un proyecto nuevo a pesar de tener un cargo de responsabilidad autonómica en el diario decano de la prensa española.
– Yo he hecho toda mi trayectoria como periodista en ABC, y le estoy muy agradecido a este periódico por trece años en los que me ha permitido dedicarme a mi pasión y crecer profesionalmente. Pero todo en esta vida son etapas. Surgió la oportunidad de empezar algo nuevo, desde cero, y eso resultaba muy estimulante. Además de que admiro a los compañeros con los que iba a compartir redacción y me apetecía mucho trabajar con ellos. Hay quien cree que he dado un paso atrás por dejar la dirección de un medio nacional en Valencia para volver a Alicante a ser redactor jefe de un nativo digital. Yo creo que más bien es todo lo contrario. Alicante Plaza viene a cubrir un hueco que existía en el panorama mediático alicantino, a ofrecer información especializada en economía y empresas, además de política, cultura y deportes, con una óptica nueva y la voluntad de vertebrar la Comunidad. Abandonar el “Valencia nos odia” que rezuman tantos titulares de la prensa local alicantina para defender que “Valencia y Alicante pueden ayudarse mútuamente”.
– ¿Cómo describirías el panorama mediático en Alicante?
– Diría que está anquilosado. La crisis del sector, la desaparición de cabeceras y el hecho de que el 70% del mercado de papel esté copado por un único periódico ha adormecido el panorama mediático. La irrupción de Alicante Plaza, de hecho, ha tenido un efecto positivo, porque desde que nacimos el 6 de octubre, leo informaciones mucho más interesantes en los otros medios, que quieren defender su posición y se han puesto las pilas.
– ¿RTVV sí o RTVV no? ¿Qué fórmula te gustaría que tuviera?
– RTVV sí, pero con matices. La televisión autonómica, en tanto que pública, debe tener una función social. No necesita comprar derechos de emisión de películas o series recién estrenadas, por ejemplo, ni ofrecer grandes eventos deportivos, porque eso ya lo hacen las privadas. Debe ser una televisión de proximidad, que cubra aquello que no hacen los demás porque no es atractivo en términos económicos. Vaya, con una inspiración keynesiana clara, que es para lo que creo que debe existir el sector público, no para competir con el privado sino para complementarlo. En el debate de la lengua, creo que si la nueva RTVV es solo en valenciano, como postulan algunos desde posiciones pseudonacionalistas, no solo será un gran fracaso, sino que dejará de cumplir esta función. El 40% de la población de la Comunidad Valenciana es castellanoparlante, y Puig y Oltra no van a conseguir que en Orihuela, Torrevieja o Villena se pongan todos a hablar en valenciano por el decreto 33.
-Dónde te ves periodísticamente hablando dentro de 10 años?
-No tengo ni idea. Espero que para entonces pueda seguir dedicándome a lo que me gusta, que no me haya quemado y, si puede ser, que siga siendo en un Alicante Plaza plenamente consolidado como un medio local más de la provincia de Alicante.